Grupo Català proveedor de Mercadona

En Catalunya hay trece compañías que producen las marcas exclusivas de la mayor cadena española de supermercados, con unas inversiones que superaron los 65 millones en 2008. Los interproveedores que producen las marcas Hacendado, Bosque Verde y Deliplus invirtieron más de 65 millones de euros el pasado año para ampliar sus centros de producción de Catalunya.

Mercadona ha protagonizado en las últimas semanas la actualidad en el sector de la distribución. La retirada de 800 productos de sus estanterías ha causado una fuerte polémica, especialmente entre los fabricantes de marcas líderes del mercado. Sin embargo, la cadena presidida por Juan Roig asegura que la mitad de las referencias que se han dado de baja corresponden a los productores de las marcas propias de la cadena: Hacendado, Bosque Verde, Deliplus y Compy. Pero, ¿quién hay detrás de estas enseñas?

Mercadona cuenta con un centenar de fabricantes que producen prácticamente en exclusiva para el grupo. Son los llamados interproveedores, unas compañías con las que la cadena establece una relación a largo plazo y que se rigen por una política de libros abiertos, de forma que, en todo momento, ambas partes conocen sus márgenes.

Del centenar de interproveedores de Mercadona, trece son de capital catalán o tienen sus centros de producción en Catalunya. Desde estas fábricas se abastece a los 1.212 supermercados que la cadena tiene en España (141 en Catalunya) con productos tan variados como pizzas, geles de baño, tintes del pelo, carne de pollo y conejo, embutidos, leche, agua mineral, peras, papel de cocina, maquillaje o bolsas de basura (ver cuadro). A estas compañías se deben sumar las multinacionales Cantalou (cacao en polvo) y Multy Abrasponge (estropajos), que no fabrican en Catalunya pero tienen en Pallejà (Baix Llobregat) y Montmeló (Vallès Oriental) –respectivamente– sus centros de distribución.

Capital familiar
Según las cifras provisionales recopiladas por EXPANSIÓN, los interproveedores catalanes invirtieron más de 65 millones de euros en 2008 en la ampliación y mejora de sus instalaciones productivas. En 2007, el esfuerzo inversor fue de 190 millones, especialmente por las nuevas plantas de Casa Tarradellas en Gurb (Osona) y de la papelera SCA en Puigpelat (Alt Camp).

Con la excepción de esta multinacional escandinava y de Sada (propiedad de la holandesa Nutreco), los interproveedores catalanes de Mercadona son empresas familiares y una cooperativa. Monter, Maverick y Cunicarn trabajan exclusivamente para Mercadona. Asimismo, la cadena de supermercados absorbe el 90% de las ventas de Azalea Cosmetics y el 70% de la facturación de Saplex. También es elevado el grado de dependencia de Casa Tarradellas, aunque la compañía no revela la cifra.

«Tenemos todos los huevos en la misma cesta», reconoce Ramon Calbet, de Cunicarn. Al empresario no le preocupa esta situación porque el sistema de Mercadona le da la tranquilidad de saber que tiene vendida siempre toda la producción y que cobrará en un plazo de 30 días. «Conocemos perfectamente las reglas de juego; es una relación mutua de confianza y transparencia a largo plazo que nos permite invertir continuamente», añade Calbet.

El ‘jefe’
Daniel Folch, de Saplex, también se muestra «absolutamente contento» de ser interproveedor de Mercadona, y admite que «si ellos cierran, nosotros también». «Mercadona nos propone un camino hacia la excelencia, nos lo exige y nos lo facilita; hace cinco años que no nos tenemos que preocupar de nada más que de mejorar», asegura Folch. El empresario valora especialmente la agilidad con la que se toman las decisiones y el «examen diario» al que los clientes de la cadena (el jefe, según el argot del grupo) someten a la empresa.

En la misma línea se expresa Joan Català, director de Grupo Català, que destaca el hecho de que exista «un único interlocutor» y la posibilidad de conocer de primera mano lo que demanda el consumidor. «Seguiremos invirtiendo para seguir el ritmo de la cadena y adaptarnos a los gustos de los clientes», afirma Català.
Los contratos que Mercadona firma con sus proveedores son vitalicios, pero en cualquier momento cualquiera de las dos partes puede romperlos. Si se da el caso, la cadena presidida garantiza un «periodo de desenganche» de tres años. Entre los grupos catalanes que han pasado por este proceso figura Gallo, que en 2006 fue sustituido por Siro como fabricante de la pasta Hacendado.

Catafruit, peras y melocotones de Lleida
La familia Català ha invertido 40 millones de euros en cinco años gracias al hecho de tener a Mercadona como principal cliente. A través de Catafruit, el grupo leridano Grupo Català abastece de peras, nectarinas, melocotones y albaricoques a los supermercados de la cadena, además de colaborar con el interproveedor de manzanas y ciruelas. En 2001, Catafruit vendió tres millones de kilos a Mercadona, cifra que ascendió a 27.000 toneladas el pasado año. El grueso de las inversiones se han destinado a duplicar la superficie de fincas propias de frutales, que ahora suman 1.300 hectáreas entre Lleida, Aragón y Extremadura.

En virtud del acuerdo a largo plazo con Mercadona, Grupo Català ha instalado en parte de sus fincas un costoso sistema antigranizo consistente en unas mallas que cubren los árboles pero que no impiden el crecimiento y maduración de la fruta. Las fincas también se han dotado de sistemas de riego por goteo y de dispositivos antihielo con el objetivo de asegurar las cosechas y garantizar el abastecimiento al grupo de distribución. Grupo Català ha invertido además en una planta de envasado y suministro de fruta para Mercadona en Tenerife, que se suma a los centros que la empresa ya tenía en La Portella (Segrià) y en Mérida.

En 2008, Grupo Català, gestionado ahora por la segunda generación, vendió 87.000 toneladas de fruta y facturó 66 millones de euros. La mitad –33 millones– corresponde a las ventas con Mercadona y el resto, a clientes del exterior (Holanda, Reino Unido y Alemania) y al abastecimiento a la industria transformadora. «Ser interproveedores nos ha permitido cumplir nuestra meta de llevar la fruta directamente del campo al consumidor final», explica Joan Català, director general.